La gastronomía de Málaga es bastante variada, al mismo tiempo que es una gran representante de la sana "Dieta mediterránea", con pescados y mariscos frescos, hortalizas de producción local y excelente aceite de oliva. Como ciudad costera, Málaga ofrece una gran variedad de pescado fresco, tal como salmonetes, pescadilla, lenguado, anchoas y mariscos como la langosta y chipirones.
Una amplia gama de restaurantes de alta calidad, bares de tapas y chiringuitos ofrecen la especialidad de Málaga, el pescaito frito; los populares espetos se encuentran a lo largo de los chiringuitos en la playa. Muchos alimentos son rebozados en harina y fritos en una abundante cantidad de aceite de Oliva; en verano se sirven con gazpacho o ajoblanco (hecho de almendras, ajo, aceite de oliva virgen, pan blanco, uva moscatel, vinagre y sal).
Los lugareños disfrutan de la buena comida en compañía y por lo tanto se puede encontrar una buena cantidad de Bares de tapas. Allí se sirven tapas frías o calientes con una cerveza o vino. Hablando de vino, Málaga es famosa por sus vinos Moscatel, como por ejemplo el Pedro Ximénez, un vino tinto intenso y dulce.
Referente a las carnes, estas se encuentran con más frecuencia en las montanas circundantes, especialmente en la Serranía de Ronda, donde hay excelentes carnes de caza y embutidos.
En la pastelería malagueña todavía se puede saborear su pasado medieval árabe, con un gran uso de almendras y miel, y también son populares las recetas monásticas, especialmente en Antequera, como por ejemplo los famosos roscos y las tortas de almendras.
Tras una buena comida en cualquier municipio de la provincia de Málaga, nos parece buena idea visitar alguno de los museos que se encuentran en la capital, o disfrutar de un buen día en las playas de Málaga.